El següent escrit és un capítol extret d'una sèrie d'escrits que, sobre coses i fets de Sitges, va deixar escrit el sitgetà Mn. Fèlix Clarà i Carbonell, on destaquen diferents descripcions de l'estat en que es trobava el Santuari de Vinyet a les darreries del segle XIX.
A unos veinte minutos de la villa, hacia occidente, entre hermosos viñedos, cortados por el mar, se presenta el Santuario de Nuestra Señora, bajo el título del Vinyet. El aspecto de este Santuario era muy sencillo, hasta que, en 1847, se le adornó su frontis con cuatro columnas y cornisa, toscano todo, en su puerta principal y formándole un frontispicio por remate.
Su interior es muy hermoso, recientemente pintado y dorado, habiéndosele formado unos pilastres con sus capiteles corintios, entre los pilastres y arcos de las naves y capillas laterales. Tiene de largo 130 palmos y 60 de ancho.
En la puerta lateral, de construcción diferente del edificio, se ve la cifra 1552, lo que nos hace pensar sería la época del hallazgo de la santa Imagen, [1] que allí fué primeramente colocada en muy pequeña capilla, hasta que se edificó el templo actual, comenzado en 1727 y terminado en 1733.
El retablo mayor, de orden corintio y el camarín, con su airoso buen grupo de las figuras del ángel que muestra la Imagen hallada, la del esclavo moro que la halló, la peña de nubes sobre la que descansa y el dosel sostenido por dos cepas que la cobija, son del año 1816 a esta parte: hecho y dorado a diligencias de su infatigable capellán, el Rdo. D. Juan Llopis y Pi, nacido en esta villa el 2 de Septiembre de 1790 el cual ha llevado a mayor esplendor y solidez del edificio, construcción del órgano, pintado y dorado de su caja y de todo el Santuario; la adquisición de un rico terno para lucimiento de la fiesta y su octava, impetrando facultad de celebrar Misa solemne de la Santísima Virgen en toda dicha octava, con indulgencia Plenaria en favor de los que visiten el Santuario, confesados y recibida la santa Comunión.
El grupo que acompaña la santa Imagen, es obra del D. Tomás Padró; las imágenes de San Joaquín y de Santa Ana, del retablo, son obra de su hijo D. Ramón, y fueron costeadas por D. Joaquín Mestre. Los retablos laterales, de estilo barroco, son poco buenos en escultura; y algo buenos los cuadros de San Pelegrín, San Cayetano, San Andrés y San Avelino, cuya talla es la mejor de dicho barroco. Se tienen por dignos de conservar los pintados del altar antiguo y los de las imágenes de San Bartolomé y Santa Tecla que, a nuestro parecer, sería mejor guardarlos en un museo, por su antigüedad y estilo de su época.
Su interior es muy hermoso, recientemente pintado y dorado, habiéndosele formado unos pilastres con sus capiteles corintios, entre los pilastres y arcos de las naves y capillas laterales. Tiene de largo 130 palmos y 60 de ancho.
En la puerta lateral, de construcción diferente del edificio, se ve la cifra 1552, lo que nos hace pensar sería la época del hallazgo de la santa Imagen, [1] que allí fué primeramente colocada en muy pequeña capilla, hasta que se edificó el templo actual, comenzado en 1727 y terminado en 1733.
El retablo mayor, de orden corintio y el camarín, con su airoso buen grupo de las figuras del ángel que muestra la Imagen hallada, la del esclavo moro que la halló, la peña de nubes sobre la que descansa y el dosel sostenido por dos cepas que la cobija, son del año 1816 a esta parte: hecho y dorado a diligencias de su infatigable capellán, el Rdo. D. Juan Llopis y Pi, nacido en esta villa el 2 de Septiembre de 1790 el cual ha llevado a mayor esplendor y solidez del edificio, construcción del órgano, pintado y dorado de su caja y de todo el Santuario; la adquisición de un rico terno para lucimiento de la fiesta y su octava, impetrando facultad de celebrar Misa solemne de la Santísima Virgen en toda dicha octava, con indulgencia Plenaria en favor de los que visiten el Santuario, confesados y recibida la santa Comunión.
El grupo que acompaña la santa Imagen, es obra del D. Tomás Padró; las imágenes de San Joaquín y de Santa Ana, del retablo, son obra de su hijo D. Ramón, y fueron costeadas por D. Joaquín Mestre. Los retablos laterales, de estilo barroco, son poco buenos en escultura; y algo buenos los cuadros de San Pelegrín, San Cayetano, San Andrés y San Avelino, cuya talla es la mejor de dicho barroco. Se tienen por dignos de conservar los pintados del altar antiguo y los de las imágenes de San Bartolomé y Santa Tecla que, a nuestro parecer, sería mejor guardarlos en un museo, por su antigüedad y estilo de su época.
Continuarà...
[1] Hay quien la pone en 1329. Se halla una tumba de 1659.
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