Cinquanta anys després de la seva publicació en el número 32 de la revista San Jorge, amb periodicitat trimestral i que publicava la Diputacion de Barcelona, l’autor de l’artícle, Manel Robert, fa un repàs de l’estat dels balls populars tradicionals en aquell context i època, és a dir, a finals dels cinquanta. És una observació de la Festa Major de l’any 1958 de com la festa i sobretot els balls, darrerament, havien perdut certa gràcia i espontaneitat, així com d’una poca sensibilitat i implicació per part de la població.
L’autor esmenta dades sobre la cració de ‘l‘Escola de grallers de Sitges’ i també inclou una breu descripció d’alguns dels balls populars que no reproduïm en aquest butlletí, ja que actualment, aquestes descripcions estan molt més actualizades i documentades.
L’autor esmenta dades sobre la cració de ‘l‘Escola de grallers de Sitges’ i també inclou una breu descripció d’alguns dels balls populars que no reproduïm en aquest butlletí, ja que actualment, aquestes descripcions estan molt més actualizades i documentades.
Sortida d'Ofici. Festa Major de 1960 |
DANZAS Y BAILES POPULARES DE SITGES
Sitges, en estos últimos años, casi con los sesenta de nuestro siglo XX, ha ganado fama para su historia, ha sufrido un hondo cambio en su vida, y su nombre es conocido en España y en el mundo. Gracias a un fenómeno artístico y literario, y en donde le acompaña el tema constante de su atracción, dada la fortuna de su situación geográfica frente el mar, con su luz y su clima. Serie continuada de encantos y hechizos mágicos, y tampoco olvidamos el carácter abierto de sus gentes y lo gracioso de sus calles, con sus casas blancas y la atmósfera que la envuelve. Sencillez de algo que llama y sugestiona al corazón.
La villa de Sitges, que goza de un nombre en el turismo extranjero y atrae a su territorio a muchas gentes del país, no es casi conocida por sus bailes y sus tradiciones. Y es quizá donde hallamos el secreto de las virtudes reflejadas de este pueblo del litoral barcelonés. Ahí reside un mundo espontáneo y de color y de alegría popular a través de las danzas y los bailes, que nos hablan, mejor que nada ni nadie, del espíritu que nos guarda. Bailes que salen a la calle en el día de “Sant Bartomeu” y convierten a Sitges en un escenario vivo. Lleno de las músicas populares, del estallido de la pólvora, de los rítmicos compases de sus danzas con sus “grallers” y “timbalers”.
Las danzas y bailes populares de Sitges que hoy ven nuestros ojos han sufrido en el tiempo la herida y han perdido mucho de la gracia espontánea que les definía. Debemos su continuidad al esfuerzo y al afán del espíritu de unos hombres que rinden sus mejores horas a la conservación de lo tradicional, que está en sus corazones como un supremo ideal humano. Vaya también nuestro pequeño homenaje a los historiadores del folklore catalán, Aureli Capmany y Joan Amades, que han sabido buscar y transmitirnos con su labor callada, las costumbres y tradiciones de Cataluña, que se iban olvidando y no recibían la atención y el cariño que se les debe.
Frente al mar Mediterráneo, y escoltado por las calles antiguas de la primitiva Sitges, es un espectáculo sorprendente y recio, que inunda los ojos y se hunde en el corazón. Cuando se escucha y se ve la fiesta de sus bailes, ya no se olvida y se regresa siempre. Todo un pueblo vive intensamente y se desborda en un delirio de ritmos y de color. Podría llamarse la maravillosa y feliz cinemática del folklore de Sitges. El canto vivo y fresco, el corazón sincero y el alma total de un pueblo volcada al amor. El Sitges que sale de sus casa blancas y de sus patios azules y de su paz memorable. Y estalla en la alegría de su expresión más pura y fuerte.
Las danzas y bailes populares de Sitges que nos llegan, son: “La Moixiganga”, “Diables”, “Bastons”, “Cercolets”, “Pastorets”, y hasta hace poco tiempo, el “Ball de gitanes”. Éstos son los bailes que han salido a la calle en la última Fiesta mayor de 1958. Los años han ido matando esta manifestación de fervor popular, y quizá contribuye a ello la falta de carácter de las nuevas generaciones. Pues en el pasado siglo aún tenían gran importancia los bailes del “Vinyet”, “Sant Bartomeu”, “Rosaura”, “Serrallonga”, y “Malcasats”. Todos estos bailes han desaparecido, y las actuales danzas tradicionales carecen de una gracia primitiva y original como el “Ball de pastorets” y los diálogos del “Ball de diables”, que eran sátiras cantadas en cuartetas llenas del ingenio y del humor irónico que caracteríza a Sitges.
Los gigantes de Sitges son lo menos original de su folklore, ya que son comunes a la mayoría de las poblaciones de Cataluña. Encabezan siempre las procesiones religiosas y las manifestaciones populares de carácter civil. Los gigantes simbolizan el triunfo de David sobre Goliat, y posteriormente a San Cristóbal y al Niño Jesús, segun el Nuevo Testamento. Y en el siglo XVI, uno de ellos se hizo mujer, y así nace nuestra giganta, que iba vestida según el gusto de época y marcaba la moda. Estos personajes tienen su toque especial de “gralla” y “timbal”. Y van acompañados de los “nans”, niños vestidos con trajes de tela estampada y que se cubren con grandes cabezas de cartón de expresión grotesca y ridiculizando los gestos de ciertas personas. Los “nans” en su baile no tienen ni orden ni ritmo determinado, siguen aquellos movimientos que les sugiere su propio instinto.
(...)
Tres momentos cumbres y solemnes de estos bailes se producen el 24 de agosto de cada año. A las doce del día, delante del Ayuntamiento de la villa, se celebra el desfile de todas las danzas populares, juntamente con los gigantes y “els nans”, que vienen bailando desde la iglesia en la llamada “sortida d’ofici”. Al caer la tarde de “Sant Bartomeu”, cuando bajan buscando el mar y las luces del atardecer por la calle de Parellades, en una estupenda algarabía de rítmicos compases, color, inimaginable caravana de corazón y danza, impresionante diverso desfile humano. Y sobre todo, ya noche cerrada y ante el mar del “baluard”, frente a la puerta de la iglesia, se produce un espectáculo grandioso, en donde todas las danzas y los bailes y los gigantes van por su lado y su música, todo al mismo tiempo, y acompañados de un pequeño ruidoso castillo de fuegos artificiales.
Y antes de cerrar el artículo no podemos dejar de mencionar a la “escola de grallers de Sitges”, nacida gracias a un “movimiento comarcal” del Panadés, que arrancó desde las páginas de La Gaseta de Vilafranca y La Gaseta de Sitges, de 1928 a 1930, avalando los valores espirituales , encabezados por Jaime Valero Ribas, que sugirió la creación de las “escoles de grallers” en toda la comarca vallesana. Son sus creadores el escritor Soler Forment, el timbaler de Sitges, Antonio Durán y Manuel Sabaté. Y es un homenaje póstumo a los solitarios “grallers” que, con el “Rateta”, popularizaron el “Toc de processó”, “Ball de bastons”, “La segona”, “Matinades”, “La boja”, “El corrandillo”...
Éstas son las danzas y bailes populares de un pueblo que baila y ama su historia y su vida.
Manuel Robert
ROBERT, MANUEL. “Danzas y bailes populares de Sitges”, dins San Jorge. (1958), núm. 32, p. 48-51.
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